El fin de semana pasado visité a una amiga que vive en Alemania en un pueblo cerca a Hamburgo. Viajando en un tren nos topamos con varias despedidas de solteras: un montón de chicas farriando y vendiendo pendejaditas para solventarse la boda o la bebida de la noche por llegar. Una de ellas me atrapo y muy diligentemente inició sus habilidades de vendedora:
comprame algo, es para mi amiga que se va a casar.
a lo cual yo le respondí: oye pues lo siento muchisimo por tu amiga.
No no, mi amiga es feliz.
No pude contener la risa, esta mujer me tomo en serio y no entendió mi broma. Al final despues de tomarle del pelo otro poco me embauco un precioso diario para niña, o para caballo (eso no esta muy claro).
Esa noche nos fuimos de farra y nos aguantamos hasta el otro día, solo para poder ver el Fischmark que pintaba bien. (si tu idea de pintar bien es oler pescado a las 5am despues de no haber dormido). Lo que mas me gusto de este mercado fue escuchar gallos haciendo kikirikí. Fue un poco inesperado escuchar este canto en medio de Hamburgo en donde solo se oían gritos de borrachos y vendedores mezclados con olor a puerto.
Ya para acabar probe el famoso sushi al que siempre le hacia el quite. Pues no me gustaron tanto los que tienen pescado, pero los vegetarianos estaban muy buenos.
Ahora si me disculpan tengo un nuevo diario que llenar.
comprame algo, es para mi amiga que se va a casar.
a lo cual yo le respondí: oye pues lo siento muchisimo por tu amiga.
No no, mi amiga es feliz.
No pude contener la risa, esta mujer me tomo en serio y no entendió mi broma. Al final despues de tomarle del pelo otro poco me embauco un precioso diario para niña, o para caballo (eso no esta muy claro).
Esa noche nos fuimos de farra y nos aguantamos hasta el otro día, solo para poder ver el Fischmark que pintaba bien. (si tu idea de pintar bien es oler pescado a las 5am despues de no haber dormido). Lo que mas me gusto de este mercado fue escuchar gallos haciendo kikirikí. Fue un poco inesperado escuchar este canto en medio de Hamburgo en donde solo se oían gritos de borrachos y vendedores mezclados con olor a puerto.
Ya para acabar probe el famoso sushi al que siempre le hacia el quite. Pues no me gustaron tanto los que tienen pescado, pero los vegetarianos estaban muy buenos.
Ahora si me disculpan tengo un nuevo diario que llenar.
3 comments:
No se le olvide traerlo
Te envidio por haber estado en alemania, un país que me seduce.
Un abrazo!
Ah!! me hubiese gustado más fotos sobre ese mercado con vendedores aromatizados a puerto. Me sonrío.
Besitos afectuosos!
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