Saturday 19 July 2008

Mi choque cultural reverso

Hace varias semanas llevo pensando como escribir este post. No es fácil tratar de poner mis ideas en orden y poder describir la opinión que me lleve de mi ciudad natal en mi corta visita.

Ayer encontré el dvd que hice de las fotos que tomé allí, copie su contenido en el computador y me puse a ojear esos recuerdos digitales con un gran toque de melancolía. La fiesta de 15 de mis hermanas fue un momento muy especial para mi. Después de mas de 6 años todos los miembros inmediatos de mi familia estaban reunidos, los dos abuelos que están separados, madre, tío, tía y otra tía. Mis dos hermanas, mis dos primos, mi otra prima y el que no puede faltar: el perro.

Yo nací negado para el baile y gracias a la gran cantidad de chicas colombianas que me decían que estaban cansadas al sacarlas a bailar para luego verlas bailando dos minutos después, mi complejo anti-baile creció aún mas. Pese a esto salgo a bailar moverme y divertirme que es la parte esencial del baile y eso hice con toda mi familia en un desorden y festejo lleno de furor y corazón. Fue un momento único y escaso en nuestras vidas, además ver bailar a mi abuelo el "very very very well" no tiene precio.

También volver a ver a todos esos amigos que a pesar de la distancia y los cambios siguen teniendo ese espíritu alegre y vivo que me contagia de felicidad y anhelo de compartir más ratos con ellos. Esa energía que nos unió en los lazos de la amistad y que ha hecho que perdure y madure a través de los años, cada uno con un rumbo de vida distinto, con cortes de pelo impensables, pero con la misma gana de vivir experiencias y disfrutar el camino.
Reconozco que también fue un poco duro regresar por lo que llaman el choque cultural inverso. Es fácil olvidar lo caótico que es el trafico con conductores que "son muy buenos para manejar" porque pueden hacer un trayecto de 9 horas en 5, la indiferencia general hacia todo, la cultura de esnobismo desarrollada en donde puedes gastar lo mismo en un restaurante de Bogotá o de Londres, un consumismo que trata de copiar la tan saturada influencia americana, condiciones laborales que siguen explotando al trabajador haciéndolo temeroso de perder su puesto; sin embargo lo que más me dolió de todo fue ver que la brecha social entre pobres y ricos creció.
No quiero expandirme mucho sobre esto, pero eso fue lo que percibí en mi corta estancia. Por ahora solo tengo la gran esperanza de que la desigualdad disminuya en algún momento y se cree una sociedad mas igualitaria en lugar de una nación en donde solo hay pocos ricos, muchos pobres y nada en el medio.

Me quedo con los recuerdos de haber compartido con mi familia bellos ratos, la cara de felicidad de mis amigos, la tristeza de no poder haber visto a otros tantos debido a que estuve enfermo (gracias a la polución y mi estupidez), la relación bondad-agresividad que existe en la gente, el sabor que llevo en la boca de las innumerables frutas tropicales y lo más importante: la sonrisa y charla que tantas personas ofrecen sinceramente.


Alguna calle del centro de Bogotá.
Ejemplo del trafico.
Cruce en el centro.
Vendedor ambulante de mangos, centro de Bogotá.
El gris que nunca deja de cubrir el cielo.
Perro contempla la ciudad desde Monserrate.
Tienda de golosinas típicas en Melgar.
Transmilleno de noche por la autopista norte, Bogotá.

No comments: