Saturday 12 April 2008

Aun encuentro arena en mi ropa

A comienzos del 2004 estaba en la habitación de una amiga cuando una foto que apareció al azar en su computador cautivo mi atención. Ella me explico que fue tomada en su viaje a Marruecos, esto despertó mi curiosidad aun mas y cuando menos me di cuenta tenia un deseo enorme de conocer ese país.

Cuatro años después, sediento de ver el tercer mundo otra vez y aun con el anhelo de ver la foto de mi amiga con mis propios ojos viaje a Marruecos. Aquí va un resumen de lo que hice:

Apenas se sale del aeropuerto de Marrakesh se experimenta lo que sera el pan diario de las siguientes días. Gente tratando de estafarte, venderte basura que no quieres ni necesitas y en general sacarte provecho por el hecho de ser turista (aka cargado en dinero). A pesar de que habían carteles que decían que había bus hacia la ciudad, todas las personas te indicaban en la dirección de los taxis, los cuales te cobraban el doble de la tarifa establecida y te insistían que NO hay bus. Después de pelear por un precio no tan descarado y ser transportados al centro de la ciudad, me sentí como en un sueño. Como me lo imaginaba y mas! Caballos cargando grandes cargas, cientos de motocicletas, carros que se atraviesan por doquier, basura por todas partes y un calor agobiante. Me sentía como un explorador viajando por tierras inh
óspitas y desconocidas hasta que al dar una buena vista me di cuenta de la infestación de turistas. Es difícil ser original en estos tiempos.

De una entramos a ver el souk o mercado que realmente es un laberinto atestado con miles de personas que te dicen: francois? English? Español? Tuve que recordar la habilidad de no hacer contacto visual con lo vendedores de las tiendas. Después de habernos perdido por un buen numero de horas, de haber desistido de la ayuda de niños que te quieren sacar del laberinto y después de haber toreado el incesante numero de motocicletas que no deberían andar por esas callejuelas, logramos salir con mucho mas estrés y cansancio del que teníamos.
Al siguiente día estuvimos en el museo Marrakesh, muy bonito con pinturas hermosas y con una especie de patio donde era fácilmente relajarse. Luego continuamos vagando sin rumbo por el mismo souk hasta y en la noche fuimos a festejar comiendo en el lugar mas movido de toda la ciudad y me atrevo a decir, todo Marruecos. Djemaa El Fna. Es un desfile que no se puede describir, lleno de pequeños puestos de comida y jugo de naranja, acróbatas, curanderos, mujeres que pintan henas, hombres que doman cobras con flautas y otro buen numero de espectáculos. Allí nos dimos un festín de comida probando tagine y couscous mientras disfrutábamos del circo.

Al siguiente día tomamos un curso de cocina que resulto ser muy agradable y donde la comida fue mucho mejor que la que se consigue en la calle. Ese mismo día habíamos cambiado de hotel para ahorrar dinero y nos metimos en una olla horrible que para nuestra desgracia estaba infestada con cucarachas. El problema fue que nos dimos cuenta de los insectos 14 horas después de haber pagado y al tratar de reclamar nuestro dinero disfrutamos de otra muestra de hostilidad mediterránea/árabe. No me malinterpreten, pero es bien sabido que los mediterráneos y árabes son muy directos y gritan todo el tiempo y especialmente se alteran cuando una mujer les alega.

Logramos conseguir otro lugar para dormir, 3 veces mas caro, pero sin insectos, solo para acostarnos por 6 horas y levantarnos para tomar un tour hacia el desierto. Después de varias horas paramos en Ouarzazate para almorzar y visitar un Kasbah. Esa noche dormimos en la garganta de Dades donde se disfruta de una vista hermosa.
Continuamos nuestro viaje atravesando mas montañas y admirando la belleza de las montañas Atlas. El almuerzo fue en la garganta de Todra. Esa misma tarde estábamos ya percibiendo nuestras primeras vistas del Sahara.

Casualmente había una tormenta de arena y la sensación era como de parque de diversiones, con paredes de arena golpeando el mini bus por un costado y la vía totalmente cubierta de un color amarillo con visibilidad inferior a 5 metros. Fue emocionante y temeroso. Al llegar al destino donde los camellos nos esperaban, un lugar llamado Merzouga, fuimos golpeados por centenares de agujas en nuestras piernas desnudas ademas de las enormes 'rocas' que se nos metían en los ojos que nos impedían ver claramente. Acá fue donde lo aprendido en la Universidad salio a relucir. Como ponerse la capucha. Fue tanto el éxito de mi habilidad que tuve que ayudar a mas de uno a protejerse de la tormenta.

El paseo a camello comenzó y se alargo ya que uno de los guías se perdió. Yo lo entendía completamente ya que después de andar 5 minutos encima de ese camello yo ya no tenia ni la menor idea de donde estaba. Las dunas del desierto son formidables, increíbles, indescriptibles.

No podía dejar de estar estupefacto al estar allí, en medio de una tormenta de arena que formaba pequeñas lomas y montañas que cambian día a día. Es una experiencia que quiero repetir en mi vida. No hay nada mas maravilloso que ver el desierto de noche, la inmensidad, la quietud, el sonido el viento y uno que otro camello bostezando; estas imágenes perduraran en mi mente por mucho tiempo.
Al siguiente dia, con mucha pena comenzamos el retorno. En el camino fuimos victimas de la industria turística, el conductor nos llevo donde su amigo para comer una comida extremadamente costosa. Experimentamos otra ración de hostilidad marroquí, la cual hizo que no comiéramos suficiente y pagáramos demasiado por ello. De regreso en Marrakesh, decidimos era hora de ir hacia el norte. En la mañana pasamos por un par de parques tranquilos, uno de ellos con conexión de internet. Tomamos un tren hacia Meknes de 7 horas (que llego dos horas tarde) y en donde vendían sanduches de pollo o queso. Yo de idiota, sabiendo lo delicado que es mi estomago, decidí ir por el de pollo. Lo que resulto en una intoxicación y mejor no entro en mas detalle. Eso si por razones practicas agradezco que había un baño normal en ese hotel y no uno de los que solo tienen un hueco en el piso.
Meknes me gusto mucho, como esta tan cerca de Fes no recibe muchos turistas ya que es mas pequeña, lo que significa que es mas autentica, con menos tiendas para turistas sin tanto acoso por parte de la gente. Que lastima que estaba aun enfermo.

Recuerdan que les dije al principio que la foto de una amiga me hizo venir a Marruecos? pues en Fes fue que pude revivir ese momento viendo los curtidores del cuero, un imagen triste e interesante. Gente que se gana la vida remojando pieles de oveja para que tomen color. El olor del lugar era muy fuerte y terminamos con dolor de cabeza después de 15 minutos. Que tristeza que tanta gente tenga que ganarse la vida con trabajos tan absurdos.

Para continuar con nuestro plan, decidimos tomar un tren hacia Casablanca y de allí ir en bus 7 horas hasta Essaouira, no sin antes tener otro incidente con cucarachas en el tren.
Me enamore de Essaouira al poco tiempo de deambular por sus calles. Una ciudad al lado del mar, con una brisa bastante fuerte, puerto pescador. Disfrutamos de una deliciosa comida de mar al almuerzo. Un largo paseo por la playa que tenia una medio tormenta de arena y en la noche, un tagine de carne con ciruelas. Yo que estoy acostumbrado al plátano maduro con carne, es decir al sabor dulce con salado, me pareció que este era un contraste demasiado fuerte, placentero pero fuerte.

Con el dolor de mi alma partimos de esta ciudad al día siguiente para hacer una caminata por las montañas Atlas. Este mini viaje nos llevo de regreso a Marrakesh (que asco) para de allí viajar a Imlil, un pueblito cercano al monte Toubkal (el mas alto de norafrica). Este viaje fue muy implacentero ya que estuvo cargado de estafas y decepciones. Solo para llegar a un pueblo en donde tuvimos que pelear duramente (bueno yo realmente soy muy malo para eso de negociar así que Tanya hizo la mayor parte) un guía que nos llevara por las montañas. Hubiéramos querido subir el Toubkal con sus 4167m, pero nuestro estado físico tan deplorable y preguntas europeas como: Que pasa si te accidentas? que pasa si te da mal de altura? cuando fue la ultima vez que subiste una montaña? hicieron que cambiara de opinión. Hago un paréntesis acá (por preguntas europeas me refiero al bien marcado sentido de responsabilidad y seguridad que viene innato en los europeos)
La caminata de tres días nos llevo por lugares preciosos con vistas magnificas.

Nuestro guía se llamaba Hosseini, teníamos una mula y hablábamos ingles de 20 palabras con el guía, fue genial. Por las noches hacia mucho, pero mucho frió. Nos pusimos todas la ropa que teníamos en la maleta y aun así teníamos frió. Eso hizo que cogiéramos una gripe y que no disfrutáramos tanto del paseo. El segundo día fue el mas duro, con una subida bien empinada y con una bajada llena de rocas que hicieron que se me inflamaran las rodillas. Vimos varias aldeas pequeñas llenas de niños pidiéndonos dulces, bolígrafos o monedas.
Después de esta caminata tomamos rumbo de regreso a Marrakesh, donde decidimos tomar un tour hacia las Cascades d'Ouzoud. La decisión de tomar el tour fue para pasar por el lió de negociar solo una vez. Si hubiéramos ido en transporte publico hubieran sido 4 veces. El tour venia con estrellada incluida y luego una espera bajo un sol que me dio un dolor de cabeza horrible. Curiosamente el resto del tour 4 españoles y una inglesa disfrutaron de eso sol tan abominable.
Tanya se enferm
ó en las montañas y el dolor de una inflamación en sus encías se hizo insoportable. La parte mas fea fue tratar de conseguir medicinas después de que las farmacias habían cerrado. A todo el que le preguntábamos nos decía que sabían de un medico o de medicinas naturales en la tienda de 'su primo'. Hasta la policía demostró ser de poca ayuda.
Al final encontramos una farmacia de guardia que salvo patria.
Los últimos dos días fueron una combinación de caminar en el nuevo centro de Marrakesh, igual que cualquier otra ciudad y comer sopa de caracol (como dice la canción).
Antes de tomar el vuelo de regreso fuimos por varias horas a un parque acuático, no sin antes tener otro par de pequeños malentendidos (lease discusiones) con los del parque porque no nos querían dejar entrar una botella de agua y con el del taxi para el aeropuerto.

Ahora ya de regreso en Londres hay muchas cosas que no tienen sentido otra vez. Una de ellas es que se puede pasar días sin que nadie le dirija la palabra a uno, con excepción del 'sorry' cuando uno los tropieza.
Algo que aun no puedo entender es como en los países pobres, la gente trata de estafarte directamente, de frente, sin vergüenza y después de eso tratan de ser tus amigos y te cuentan hasta el nombre de los hijos de la mascota. Hay algo que no cuadra acá, se que el precio que me dan es falso, es mucho mas elevado y que debo regatear. Se que me están mintiendo desde el primer momento. Sinceramente no me dan ganas de hacer negocios con nadie cuando se que me están mintiendo desde el comienzo y que seré menos robado dependiendo de mi nivel de descaro y de cuanto pueda alzar la voz. Es algo que desde mi niñez no he podido entender.

Ya para acabar, quiero contar que los primeros días después del viaje me sentía flotando. Mi mente aun se sentía en el Sahara y mis pies estaban aun enterrados en la arena.

1 comment:

Nicolas said...

Videos Julian VIDEOS!!

Jejeje. Bueno aquí mis comentarios: ¡Abrase! ¡Que envidia!

Ese es el tipo de turismo que estoy esperando hacer, por ahora seguiré viendo monumentos y edificios viejos y famosos por este lado del charco. Ah! Que paseo más bacano ese el de Marruecos, no lo voy a poner en mi agenda pues hace mucho que está ahí, ahora me dieron más ganas de darle prioridad.

Como anecdotas curiosas le cuento que lo que yo conocía como tagjine, se le conoce por estos lados como "humus" ese que es de garbazo molido y se le unta al pan, algo totalmente distinto. Segundo, cuando contó que una foto de una amiga lo había motivado más a ir a Marruecos, yo ya sabía que era la de los curtidores de cuero.

La razón es sencilla, yo ya conocía esa imagen pero no sabía de que país era y cuando le vi las fotos dije par mis adentros: "¡Ajá con que esto está en Marruecos! Tengo que ir a conocer esto" y vea pues que casualidad resultó siendo.

En fin... el turismo lleno de anecdotas y curiosidades no tiene similares.

Saludos